‘LAUKARIZ Ekongreso’ ha reunido a personas inquietas, proyectos emprendedores, empresas responsables y organizaciones sociales que apuestan por el Bien Común.
En un entorno natural rodeado de campas, bosques, flora y fauna de gran riqueza, se han alineado retos y objetivos que persiguen un mejor Desarrollo Humano Sostenible, apostando por trabajar un preocupante presente mediante Economías de Impacto con perspectiva de un esperanzador futuro.
Conversatorios, Dinámicas, Talleres, Encuentros, Actividades profesionales y familiares se han sucedido durante cuatro días en Laukariz Ekosistema, un espacio que a partir de ahora se dedicará a incubar ideas y proyectos acompañados por voluntariado y empresas que aportarán valor añadido a retos emprendedores, sociales y medioambientales.
Toda acción humana tiene sus inevitables pequeñas o mayores consecuencias.
Y somos conscientes de que la propia realización del Ekongreso también ha impactado en el entorno medioambiental y, por ello, hemos calculado la emisión de gases efecto invernadero, el consumo de energía y la generación de residuos; el daño producido pese a minimizar en la medida de lo posible todas nuestras actividades.
La mañana del domingo fue intensa en eco-actividades.
Una refugiada ucraniana, Irina Serdova despertó nuestras primeras sensaciones en su dinámica de ‘Activación del Día Perfecto’. Y ya con las pilas bien cargadas, el biólogo y magnífico maestro Alberto Santolaria nos mostró los secretos del Bosque; con él aprendimos a identificar las especies del entorno y también pudimos re-conectar con nuestra naturaleza, interpretándola de manera muy amena y práctica: darse un baño forestal y abrazar centenarios Robles no es tan chalado como parece y, ciertamente, nos ayuda a comprender mejor su relevante función para nuestras vidas.,
Muy cerca de allí se encuentra el río Butrón que nace en la vecina Morga, al pie del monte Bizkargi que le aporta su frescura. Las aguas desembocan en Plentzia después de formar amplios meandros que, desafortunadamente, acumulan indecentes cantidades de urbanitas porquerías. Y con el fin de rescatarlas para su reciclaje o mejor final feliz, quince maravillosas personas se unieron al equipo de ‘GoazenUP’ en el tramo que atraviesa el parque Torrebillela de Mungia.
En tan sólo un par de horas pudieron extraer unos cuantos kilos de vergüenza; los suficientes para recordarnos que el ser humano parece desear su propia extinción a cada supuesto paso evolutivo que da… Las imágenes que mostramos a continuación son muestra de su inconsciencia, de su dejadez, de su estupidez:
Envases plásticos, metálicos, insecticidas e incluso garrafas aún con líquidos extremadamente tóxicos para los organismos acuáticos, entre docenas de objetos que a lo largo de su descomposición van contaminando el río y nuestra costa.
